“La música nativa, como una de las manifestaciones
más importantes de la cultura popular, constituye
quizás, el capítulo más apasionante del transcurrir
de la vida espiritual de un pueblo”.
G.G.A.*
La identidad cultural parece plantearse hoy como uno de los principales motores de la historia. Hoy se reconoce que la noción de identidad cultural está en la base del desarrollo.
La promoción de una cultura que resalte cada vez más la dignidad de la persona humana, de la vida humana, de su respeto y su defensa; es decir, una cultura que tienda efectivamente a la promoción de la vida y no a su destrucción.
Esto ha sido a través de los cuarenta y cinco años que cumple el Festival de Música Andina “Mono Núñez”, Patrimonio cultural de la nación, el evento de música tradicional y típica de esta región, que inició como un concurso de música “vernácula” (como entonces se conocía la música andina colombiana) más importante del país y uno de los más significativos de su género en Latinoamérica.
Los bambucos patrióticos.
Los ritmos andinos, Bambuco, Pasillo, Guabina, Danza, Torbellino, Vals, entre otros, empezaron a escucharse año tras año en las Rondas de clasificación en Ginebra, los mismos que desde las batallas acompañaban a los soldados en la Guerra de Independencia, y que se convirtieron en los auténticos emblemas patrios, en especial el bambuco, entre ellos el más popular, La guaneña una canción tradicional de las tierras del sur de los Andes colombianos, que en la actualidad corresponde a la región andina del departamento de Nariño. Es una tonada de guerra, por lo tanto, alegre, pero a la vez nostálgica.
Guay que sí, guay que no,
la guaneña me engañó. Con arma de fuego al pecho y vestido varonil.
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Guay que sí, guay que no,
¡la Guaneña al frente va! Con un fusil en el hombro ¡Y alerta pa´disparar |
La cultura en sus diversas manifestaciones es fundamento de la nacionalidad
Al Valle del Cauca, a la población de Ginebra al escenario del mayor Evento musical del país, se traslada ese amor patrio y la atmósfera se llena de las notas musicales que, por cinco días, aletean bajo los aleros de las casas, entran a los recintos en donde de día y de noche se convierte en un solo y Gran concierto de las músicas andinas, que congregan a los principales compositores e intérpretes de este género musical, y al público venido de las diferentes regiones del país. Es la verdadera Fiesta, con bambucos, pasillos y los ritmos de la patria Andina.
En el ámbito de este maravilloso valle, que tan magistralmente describe Jorge Isaacs (1837-1895) en su novela, se siguen escuchando las manifestaciones musicales que sirvieron de fondo poco tiempo después de la Independencia, la época en que le tocó vivir a este notable escritor, orgullo de los vallecaucanos que, entre sus múltiples facetas, participó en varias campañas patriotas. En la época de la Regeneración, fue el batallador insigne, que le dejó un importante legado a Colombia y en especial en esta obra, un significativo documento histórico y de la música del Gran Cauca.
Partamos del trascendental aporte que hizo Jorge Isaacs al incluir en su novela María, una de las manifestaciones de la cultura negra, el “bambuco negro”, o bambuco viejo, que ha servido de punto de partida para los investigadores en temas tan trascendentales como el origen del bambuco.
Hoy que vamos arribando al medio siglo de existencia del Festival Mono Núñez, y que el país requiere de tanta devoción a las expresiones culturales para contrarrestar las aciagas circunstancias por las que hemos pasado todos los colombianos en busca de una armonía, de una convivencia más humana, lo único que nos reivindica y que da la paz al espíritu es la música.
Cumplir 45 años es llegar a la madurez cultural, es arribar a la cima del éxito, de las experiencias transmitidas a tantos artistas, de sentir plenamente lo que significa valorar y difundir nuestra identidad cultural, atravesando los umbrales de las luchas, de los sueños, de las metas hasta ahora realizadas. Es hacer un alto, mirar la obra cumplida. Es mirar el mundo con las cadencias que tiene, con las maravillosas vivencias que nos han dejado a través de estos años, mirando hacia el horizonte de las alegrías.
Cada uno de los que en algún momento hemos trabajado o estado vinculados a Funmúsica, y al Festival, conocemos de los esfuerzos constantes, por llegar a este aniversario. Sabemos que la cultura es la más difícil de sobrevivir, pero lo hemos logrado, y tenemos la certeza de que serán otros tantos años, para bien de las generaciones venideras.
¡Mostremos toda nuestra alma, todo nuestro patriotismo, ahora que estamos celebrando el Bicentenario de nuestra Independencia, al apoyar la campaña para este importante Festival, que le ha dado tanta gloria a la música andina colombiana y al país ante el mundo!
Gladys González Arévalo
Escritora e investigadora cultural
Invitada Especial Prensa Funmúsica
*La música en María-Gladys González Arévalo-Imprenta Departamental del Valle.